Emmet Fox
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Evalúa tu Religión-Emmet Fox

EVALÚA TU RELIGIÓN

¿Qué ha hecho la religión por ti? Es probable que durante años has asistido a la iglesia, leído libros espirituales, estudiado la Biblia, etc. Ahora te sugiero que hagas un inventario espiritual. Pregúntate: ¿Qué diferencia ha hecho en tu vida, en tu hogar, en tus asuntos? ¿Cuánta paz mental te ha dado? ¿Cuánto valor? ¿Cuánto entendimiento? ¿Cuánta oportunidad de servir? Pero, no te vayas a equivocar, la verdadera religión provee todas estas cosas.

Si tu inventario espiritual resulta insatisfactorio, encontrarás que la explicación está en la siguiente ley: Lo que pones en tu religión es lo que sacas de ella.

Si pones 5% de ti mismo y de tu vida en tu religión, recibirás un 5% de dividendos o demostración. Si pones 20% de ti mismo y de tu vida en tu religión, recibirás un 20% de demostración. Una demostración completa y cabal requiere una inversión del 100%.

“Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas…”(Eclesiastés 9:10).

VER EL CRISTO EN OTROS

A menudo oímos la expresión “saludar al Cristo en él”, o “ver el Cristo en él”, y puede que nos preguntemos qué significa eso en realidad. Bueno, simplemente se trata de la aplicación práctica de la regla de Jesucristo, “no juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio” (Juan 7:24).

Cada cual tiene un Ser Divino espiritual y perfecto, pero al que nunca se le ve en este plano. Ese es el verdadero hombre, el hombre de Dios, y es lo que hoy día llamamos “el Cristo interno”. Si alguien te desagrada, calladamente saluda al Cristo en él, y en voz alta di lo que te parezca mejor. Si alguien dice algo contra el carácter de Juan Pérez, saluda al Cristo en él, rehusa discutir la cuestión y, por supuesto, no lo repitas.

Cuanto más saludes al Cristo en otros, tanto más pronto lo encontrarás en ti.

SAL Y LUZ

Lee Mateo 5:13-16. En el quinto capítulo del Evangelio de Mateo se encuentran algunos de los pronunciamientos más poderosos de Jesucristo.

“Vosotros sois la sal de la tierra…Vosotros sois la luz del mundo.”(Mateo 5:13-14).

Es posible y, de hecho, es muy fácil aceptar estos principios vitales como verdad; amar la belleza en ellos; y sin embargo no los ponemos en práctica en nuestra propia vida. Ésta es una actitud peligrosa, porque en ese caso la sal ha perdido su sabor, y no sirve para nada más sino para ser desechada por los hombres.

Si haces todo lo posible por practicar las enseñanzas de Jesús en todos los departamentos de tu propia vida diaria; si procuras sistemáticamente destruir en ti todo egoísmo, vanidad, sensualidad, vanagloria de la virtud propia, celos, auto-lástima, resentimiento, condenación y demás – sin alimentarlos, nutrirlos o ceder a ellos; si lealmente extiendes el pensamiento correcto a toda persona en tu esfera de acción, entonces te harás acreedor a que se te llame “la sal de la tierra”.

Si sinceramente vives esta vida, entonces no sólo harás tu propia demostración de la manera más expédita, sino que serás – en el sentido más positivo – una influencia sanadora e iluminadora a tu alrededor. Serás una bendición para hombres y mujeres en lugares y tiempos remotos, hombres y mujeres que no conoces y que nunca sabrán de ti – una luz del mundo.

LA LUZ BRILLANTE           “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (Mateo 5:16).

El estado de tu alma siempre se expresa en tus condiciones externas y en la influencia intangible que irradias en general. Hay una ley cósmica en cuanto a que nada puede negar permanentemente su propia naturaleza. Emerson decía: “Lo que eres grita tan duro que no puedo escuchar lo que dices”. No se puede ocultar al alma que está construida sobre la oración, ya que brilla con fulgor en la vida que vive. Habla por sí misma, pero en completo silencio, y realiza inconscientemente la mayoría de su mejor trabajo. Su mera presencia sana y bendice a su alrededor.

CIUDAD DE LUZ     “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.” (Juan 12:32).

Nunca trates de forzar a otras personas a que acepten la Verdad Espiritual. Sin embargo, procura que sean impresionados de manera tan favorable por tu propia vida y conducta, así como por la paz y júbilo que irrradian de ti, que vengan corriendo por su propia voluntad a pedirte que les des eso maravilloso que tú tienes. Hacer esto es verdaderamente hacer de tu alma la ciudad asentada sobre el monte que no se puede esconder porque es la Ciudad Dorada, la Ciudad de Dios. Esto es dejar que tu luz brille para gloria de tu Padre que está en el Cielo.

VIRTUD EXCESIVA

Lee Mateo 5:17-20. Si alguien está tan loco como para suponer que el conocimiento de la Verdad del Ser le podría poner “por encima” de la ley moral, en el sentido de autorizarle a quebrantarla, rápidamente descubriría que cometió un trágico error. Cuanto más conocimiento espiritual se tenga, tanto más severo es el castigo que se acarrea sobre uno mismo por cualquier infracción a la ley moral. El cristiano tiene que ser mucho más cuidadoso que otra gente. Claro que todo entendimiento espiritual verdadero tiene necesariamente que venir acompañado por un definitivo mejoramiento moral. Una aceptación teórica de la letra de la Verdad podría venir acompañada de negligencia moral (para gran perjuicio del delincuente), pero es imposible realizar algún progreso espiritual a menos que estés haciendo lo más que puedas por vivir la vida. Es imposible divorciar el verdadero conocimiento espiritual de la recta conducta.

“Porque os digo que si vuestra justicia no fuera mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 5:20).

Por Emmet Fox

Grupo Metafísico de Madrid

Desde la Sede Central del Grupo Metafísico de Madrid Europa tengo el placer de darles la bienvenida a todos los que visitais esta puerta a las enseñanzas de los Maestros Ascendidos, de la edad dorada de su majestad Saint Germain y a la magistral exposición de su discípula directa, nuestra Amada Conny Méndez, cuyo legado recibimos de la mano de nuestro amigo Rubén Cedeño, para cuyo agradecimiento por su Amor, Instrucción y Amistad no conoce límites.

Aprovecho esta oportunidad para dar las gracias públicamente también a las personas que componen el grupo interno que tengo el privilegio de dirigir, sin cuyo amor, buen hacer y apoyo incondicional, no podría realizar la tarea que libremente elegí en su momento, así como a todos los colaboradores que contribuyen con las conferencias e instrucciones día a día, fieles a su linea discipular y a su conciencia. 

Si en algo contribuye esta página, a la expansión de la luz, aunque sea de una persona, nos daremos por satisfechos.

por Domingo Laut Rodríguez