Música: la gran armonizadora. El ser humano en su vida diaria y más todavía en un Sendero Espiritual necesita llevar una vida armónica, tener armonizados sus sentimientos, sus pensamientos, su vida física en general en todas sus circunstancias. Esto es sin discordancias, confrontaciones, luchas, divisiones, fragmentaciones, carencias, ansiedades y así como el pensamiento y el sentimiento positivo son uno de los mejores aliados en estas lides, también lo es la música, pero no cualquier música.

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  Así como la música puede armonizar, puede desarmonizar, todo depende del autor, el periodo de la historia en que fue compuesta, la tonalidad, la instrumentación, el modo sea mayor o menor y los sentimientos o pensamientos con que el autor la impregnó. El sonido es vibración y, como tal, tiene el poder de alterar constructivamente o destructivamente todo lo que sea sometido a su influencia. El escuchar música por medios electrónicos pone bajo su influencia las células de cualquier organismo y, si la música es en vivo, se repotencia este poder. Estamos hablando que, por ejemplo, escuchar en vivo una orquesta sinfónica es someter el cuerpo del expectante a un proceso de radiación energética muy poderoso, acorde al tipo de música que se escuche.

Una persona en un “Sendero Espiritual” debe cuidarse mucho del tipo de música al que es sometido su cuerpo. Por supuesto se debe tener cuidado que la música que se escuche induzca a la Paz, Tranquilidad, Nobleza y las virtudes propias de una vida armónica. Hay compositores que toda su obra indistintamente sea cual sea, cada vez que se escucha produce armonía, como es el caso del compositor austríaco del clasicismo Wolfgang Amadeus Mozart y casi todo Vivaldi, músico italiano del periodo barroco, no así Chopin o Beethoven, que aunque son compositores eximios, por el hecho de ser románticos, algunas de sus composiciones están impregnadas de sentimientos del cuerpo astral que no son muy armonizadoras, porque pueden producir pasión, tristeza, depresión y no son convenientes en un “Proceso de Armonización”. Un “Proceso de Armonización” es someter al cuerpo de una persona a audiciones que produzcan en él reacciones pacíficas, nobles y tranquilizadoras. En el “Proceso de Armonización” se pueden usar varios recursos como lo es el canto, la ejecución de un instrumento y por supuesto lo más común, que es realizar audiciones, que pueden ser por medios naturales como asistir a un concierto o por medios electrónicos, utilizando un equipo de sonido.

Todo emite vibración y toda vibración produce un sonido y existen melodías asociadas a la existencia de Seres Superiores, Santos o Maestros y que son muy beneficiosas escuchar dependiendo de lo que se necesite en el “Proceso de Armonización”.

En la Nueva Era se ha dado un paso muy importante en la música, capaz de realizar composiciones que tienen la virtud de introducirse muy a nivel interno por medios electrónicos. A la cabeza de este movimiento musical actual en los planos internos se encuentra un gran Adepto de la Evolución Dévica llamado Serapis Bey, Chohan del Cuarto Rayo de la Armonía a través del conflicto. Este Adepto inspira y conduce a los compositores diestros en este arte. Veamos esta acotación al respecto del Maestro El Tibetano: El Maestro Serapis Bey, frecuentemente llamado el Egipcio, pertenece al Cuarto Rayo, y de Él reciben enérgico impulso los grandes movimientos artísticos del mundo, la evolución de la música, de la pintura y del teatro. Actualmente dedica la mayor parte de Su tiempo y atención al trabajo de la evolución dévica o angélica, hasta que, mediante Su ayuda, sea posible hacer la gran revelación en el mundo de la música y de la pintura, en un futuro inmediato.

De hecho la ópera Aida del compositor italiano Giuseppe Verdi es una obra que plantea en su trama y música las características del Cuarto Rayo y su Chohan, teniendo como desenlace final la fusión del Alma y la personalidad simbolizados por Aida y Radamés respectivamente. Es oportuno traer a colación las palabras del Maestro el Tibetano que a principios del siglo XXI comenzaría la afluencia planetaria del Cuarto Rayo.

Hay que tener mucho cuidado con esto de la Música y los “Procesos de Armonización”, ya que mucho músico barato sin conocimientos académicos de un conservatorio, valiéndose de sintetizadores y medios electrónicos de punta, se creen componer música de la nueva era y no pasan de ser obras que no superan el esquema tonal de tónica dominante y subdominante, pero con efectos llamativos que pueden conmover al incauto. Por esto es importante conocer reales compositores académicos de la Nueva Era. 

Uno de los compositores actuales con la debida preparación académica egresado de la Universidad de Wisconsin, en sintonía con el Rayo del Alma y de origen francés es Michel Redolfi, que concluyendo una sólida formación académica se introdujo en la música electroacústica actual, realizando una producción que no hace falta encomiar demasiado, ya que al sólo percibirla conecta a esferas superiores de conciencia, sobre todo un proyecto innovador llamado “Música bajo el Agua”, que como bien es sabido, este elemento es junto al fuego el gran elemento purificador, también característica predominante del Cuarto Rayo. La música electroacústica es una forma de música académica contemporánea que introduce el sonido eléctrico.

Es conveniente a todo discípulo sostener ambientes musicalizados con obras suaves, tranquilizantes y armónicas. Cuando se hace referencia a la palabra “armónica”, no es precisamente haciendo uso del término musicalmente técnico. Existen selecciones discográficas de Adagios, que es un “tempo” musical más o menos lento en cuya dinámica muchos de los grandes compositores han realizado movimientos de sinfonías, conciertos y obras diversas, que generalmente reúne las características requeridas para la armonización de los vehículos inferiores de los estudiantes espirituales. 

Por Rubén Cedeño
(Foto: Rubén Cedeño. Haciendo Música bailando en New York.)